Cuenta la leyenda que un hombre estaba en un momento complicado de su vida, su trabajo era un desastre, su matrimonio a punto de acabarse y la relación con sus hijos no era la mejor del mundo. Triste y sin una salida clara para sus problemas, un amigo suyo le recomienda ir a visitar al sabio del bosque, que era muy conocido por su conocimiento de la vida y porque daba los mejores consejos. No lo pensó dos veces y fue a donde el sabio; tocó la puerta y en unos instantes le abrió efectivamente un hombre octogenario de cuerpo curvo, cara amable y le dijo: “¿En qué puedo servirte?”,
El contestó: “Vengo porque tengo muchos problemas y me dicen que siempre tienes un consejo para mejorar”. El anciano le invitó a pasar y le ofreció una taza de té. Mientras el anciano vertía el té, el hombre comenzó a hablar sobre sus problemas: “En el trabajo, mis aportaciones no son valoradas, le han dado el puesto a alguien con menos experiencia y… (mientras el hombre hablaba el anciano seguía vertiendo agua caliente en la taza del té.) …y siento que mi jefe no cree en mis capacidades y que dentro de poco tiempo me quedaré sin trabajo…” El hombre, mientras platicaba sus problemas se dió cuenta de que el agua en la taza estaba a punto de desbordarse.
“Y luego en casa más problemas, obvio lo del trabajo me estresa y por más que le digo a mi esposa ella dice que no dedico tiempo suficiente a la familia, que tiene mucho tiempo que no salimos…”
Y de pronto, interrumpe el relato y le dice al anciano: “¡El agua está por desbordarse!” y el anciano seguía vertiendo el agua, y el hombre insistió: “¡se desborda el agua!” y el anciano ignoró nuevamente hasta que el hombre dijo: “¿qué no ves que se está derramando el agua?”
El anciano dejó de servir y le dijo: “Tu mente está cómo esta taza, ya está llena. Por más que yo te pueda compartir algo, lo que yo pueda decir, terminará desbordándose…”
“Hay que vaciar la taza para que reciba té nuevo”.
Esta hermosa historia es milenaria y se ha compartido de generación en generación por la gran enseñanza que nos deja.
Sabemos que siempre tenemos algo nuevo que aprender, sin embargo, como adultos puede sucedernos que cuando escuchamos algo nuevo, lo primero que hacemos decir: “eso ya lo sé” y recurrimos a información con la que ya contamos para poder definir si lo nuevo tiene validez, pero a veces puedes tomar una decisión anticipada y decidir no entrar a profundidad al tema porque crees que ya lo dominas.
Esto es muy común, por eso se dice que tenemos que des-aprender, SI, como lo lees, dejar atrás aprendizajes que pueden ser obsoletos o aprendizajes que pueden funcionar como un prejuicio que provoca que lo nuevo quede por fuera de “la taza” (tu mente) y retomar una de las habilidades que tenías cuando eras tan solo un niñ@.
Como seguramente lo has visto, cuando se es chic@, contamos con una de las herramientas más importantes: la curiosidad. Y es que la curiosidad activa partes del cerebro importantes y genera una conexión con el Sistema de Atención Reticular SAR. Este sistema reside en algunas regiones evolutivas del cerebro críticas para la supervivencia durante períodos de adversidad o estrés. Se compone de varios circuitos de neuronas que conectan el tallo cerebral con la corteza cerebral y con los núcleos del tálamo situado encima del hipotálamo.
El SAR permite al cerebro experimentar altos niveles de atención, simplemente hay que elegir un tema de tu interés. Déjame darte un par de ejemplos:
- Cuando a una feliz pareja, les dan la noticia de que serán padres, entra un tema al Sistema de Atención Reticular, SAR. Y de pronto, miles de megabytes de información que ya existían en la realidad, pero que ellos no necesariamente habían percibido, pasan ante sus ojos y son revelados de manera sorprendente. Personas con carriolas en la calle, ropita y accesorios para el bebé, metodologías para acompañar el parto de manera psicoprofiláctica, inclusive, planes de ahorro para la educación a futuro de los niños… miles de MB como lo comentamos y lo real es, que todo eso existía ya en el mundo, pero ahora toda esa información es atendida por el cerebro a través del SAR porque han sucedido dos fenómenos fundamentales; el tema tiene tu atención y por otro lado, tiene tu interés, cosa que no sucede si el tema tiene paradigmas previos limitantes que no te permiten aprender cosas nuevas.
- Lo mismo pasa cuando estás planeando comprar un auto, comienzas a prestar atención a marcas, modelos, valor de reventa, costo de seguros, confort, seguridad, incluso conversas con personas, investigas en sitios de internet y visitas agencias de auto para poder contar con la información necesaria para que puedas tomar una mejor decisión.
Como puedes ver el SAR, es un activo importante para nuestro aprendizaje, de hecho estudios recientes (2022), han demostrado que nuestro cerebro tiene la capacidad de regenerarse (neurogénesis), esto sucede al momento de generar nuevas conexiones neuronales al momento que se aprende algo nuevo o se desarrolla una nueva habilidad.
Pongámoslo en términos simples, si quieres generar plasticidad cerebral, procura constantemente acercarte a temas nuevos y desarrolla hábitos y habilidades, esto favorece más conexiones neuronales que dan paso al crecimiento y fortalecimiento de ciertas partes de nuestro cerebro, por ejemplo: se ha demostrado que cuando se aprende a tocar un nuevo instrumento musical o se aprende un nuevo idioma hay crecimiento y desarrollo en ciertas partes de nuestro cerebro favoreciendo su plasticidad.
Santiago Ramón y Cajal fue el primero en proponer el concepto de plasticidad como base física del aprendizaje y la memoria (Morgado, 2005). Basándose en la observación de preparaciones histológicas propuso que el aprendizaje producía cambios estructurales, siendo estos cambios estrictamente necesarios para la formación de nuevas memorias (Mayford et al., 2012).
Titulamos este artÍculo como: “Desaprender, para aprender y transformarnos” Y como verás desaprender es clave, pero aprender también lo es, para poder transformarnos.
Puedes transformar la forma de cómo ves la vida, simplemente apóyate de tu SAR para prestar atención a las cosas positivas, a las oportunidades, a las personas que te aportan todos los días, al ejercicio y la buena alimentación, por poner algunos ejemplos.
Quieres transformar tus emociones, el SAR también te puede orientar, primero a prestar atención a cómo interactúan tus pensamientos con tus emociones y qué hacer para mejorar tu inteligencia emocional, puedes leer más de esto en nuestro el artículo ¿Las emociones poseen vida propia? Transforma tus Resultados con Inteligencia Emocional.
¿Quieres transformar tus resultados?, presta atención en dónde estás enfocando tus acciones y tu energía, a qué rol le estás poniendo más foco, más actividades y por ende de cuál de estos roles obtienes mejores resultados.
Si quieres mejorar tu aprendizaje sigue estos sencillos pasos:
- “Vacía la taza”, Sé abierto a explorar nuevos conceptos, aunque creas que ya sabes todo sobre eso.
- Elige un tema sobre el que quieras explorar.
- Sé curioso sobre ese tema y explora toda la información disponible.
- Una vez que hayas aprendido sobre el tema, define si puedes practicarlo y desarrolla la habilidad.
- Genera conexiones con personas que tengan un tema afín, conversa con ellos, aprenderás mucho en ese nuevo grupo.
- Comparte tus conocimientos, uno no sabe lo que sabe hasta que tiene que explicarlo a un tercero.
- Explora conocimientos en muchas áreas de interés (deportes, ciencia, tecnología, arte, música, etc.), la diversidad de conocimientos prepara tu mente y promueve su plasticidad
- Disfruta la vida, siempre es mejor estar abierto y aprender, que cerrado con una taza llena que no te llevará más que al mismo lado en el que hoy te encuentras.
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